21 de abril de 2015

Correctores.

Hola mis chicas!! ¿Cómo estáis? Espero que muy bien! Yo ando entre apuntes, como siempre pero mañana toca descansito para ir a la feria de abril.

Hoy la cosa va de correctores, algo bastante complicado porque tenemos que saber muy bien cómo aplicarlos, dónde y sobre todo difuminarlos. Hay muchísimos tipos de correctores y tenemos que intentar buscar los que nos resulten más cómodos de trabajar. Para mi gusto lo mejor es un corrector en crema que se pueda usar tanto con pincel como con los dedos, ya que con el calor de las manos el corrector se absorbe muchísimo mejor  y además es más fácil de difuminar, aunque hay sitios tan pequeñitos que es preferible usar un pincel.





Primero tenemos que tener claro que una base de maquillaje no va a corregir todas nuestras imperfecciones. Eso es así, cuesta admitirlo pero es la verdad. Escoger una base de maquillaje más alta de nuestro tono para así no tener imperfecciones es un gran error porque lo único que conseguiremos es tener un efecto máscara en la cara que queda fatal.

La función de los correctores es unificar el tono de la piel, dejar una piel lo más tersa posible pero eso no quiere decir que cuanto más corrector pongamos más lisa tendremos la piel, NO. Se trata de saber usar el corrector adecuado para cada imperfección e irlo aplicando poco a poco para no pasarnos. Recuerda que no hay que conseguir un efecto piel de porcelana, simplemente corregir pero obteniendo un resultado natural.

Empezamos con el corrector verde: tapa todas las rojeces que tengamos en la cara como granitos, picaduras, etc. Casi siempre tenemos rojeces en las aletas de la nariz, entrecejo y en algunas zonas donde tengamos algún granito. Este podemos aplicarlo con los dedos para que quede bien difuminado.

Naranja: el color naranja corrige todo lo que sea azul o gris, ideal para ojeras. Si tienes ojeras con un tono azulado puedes usar este corrector pero con cuidado, para conseguir un efecto natural lo mejor es ir aplicando donde se acentúa más el tono azulado de la ojera para después ir difuminando y poco a poco conseguir disimularla. También recomiendo usarlo con los dedos aunque es a gusto del consumidor, para conseguir más precisión es mejor con pincel.

Amarillo: si tienes ojeras más oscuras, tirando para un tono morado, este es tu corrector perfecto. También es apto para marcas moradas en general o para dar luz a la cara. 
Si lo usas para iluminar tienes que ir con cuidado para no conseguir “manchas” amarillas por toda la cara sino un toque de luminosidad sutil para no tener la cara tan mate y sin vida.

La iluminación del rostro también se consigue con un corrector un tono más claro que nuestro tono de piel y simplemente tenemos que aplicar este tono en el tabique de la nariz, entrecejo, parte alta del pómulo y en la parte alta del labio superior.

Lila: se usa para tapar manchas amarillas, marrón o naranja. Ideal para cicatrices, manchas de nacimiento, etc.

Una vez que tenemos todo corregido, en la ojera podemos usar un corrector de nuestro tono haciendo una especie de triangulo para conseguir efecto de mirada más despierta y despejada, sin centrarnos solo y exclusivamente en la ojera sino extendiendo hacia abajo y después hacia arriba siguiendo la forma de un triángulo.

Por último, para contornear la piel podemos usar uno más oscuro que nuestro tono de piel. El contorno depende mucho del tipo de cara que tengamos, pero el contorneado estándar es más o menos el que dejaré debajo en la foto. 
Hay que difuminar muy bien para que no se vea excesivamente exagerado (un contorno así solo le queda bien a Kim Kardashian) por eso recomiendo hacerlo con un producto en polvo. Es muchísimo más fácil difuminar y controlar la cantidad que usamos, pero si es verdad que un contorno en crema aguantará más horas.  



Sobre la gran cuestión de cuándo aplicar el corrector, si antes o después de la base, yo opino que es mucho mejor después ya que lo que no cubre la base lo tapo con el corrector. Al usarlo antes tapamos todas las imperfecciones pero no sabemos bien si va a quedar demasiado exagerado al poner la base encima, de la otra forma ya sabemos cómo va a quedar la piel definitivamente.


Por cierto, es muy recomendable que una vez hayamos acabado de trabajar la piel sellemos todo con polvo translúcido ya que así evitaremos que se mueva y además este polvo disimula los brillos, pero no podemos aplicar demasiado porque este producto puede blanquear la cara y en fotos no se verá demasiado bonito. Simplemente cogemos un poco de producto con la brocha y lo ponemos por toda la cara haciendo ligeros movimientos circulares incidiendo en la frente que es donde suelen aparecer brillos. Aunque parezca que no se aprecia que lo hemos usado realmente sí se nota y es mejor eso a conseguir una piel totalmente mate y blanca. 

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